jueves, 5 de mayo de 2011

LA CARIDAD UNIVERSAL

Es necesario amar y ser amado, pero para desgracia del mundo, la gente ni ama ni son amadas. Eso que se llama amor es algo desconocido para la gente y lo confunden fácilmente con la pasión y con el temor.

Si la gente pudiera amar y ser amada, las guerras serían completamente imposibles sobre la faz de la tierra.

El Amor es el Sumum de la Sabiduría. La vida es un accidente pasajero en el inmenso océano del Amor… El Amor es la vida que palpita en cada átomo, en cada ser humano, como palpita en cada Sol.

Es el Amor lo que impulsa al inocente animalito, a dar su vida por defender sus crías. El Amor no se puede definir, porque si se define se desfigura. El Amor se siente en lo hondo del corazón, como una vivencia íntima y deliciosa, como una música maravillosa, como un néctar embriagador, indefinible y místico.

Muchos matrimonios que podrían verdaderamente ser felices, desgraciadamente no lo son debido a los viejos resentimientos acumulados en la memoria. Si los cónyuges tuvieran generosidad, olvidarían el pasado doloroso y vivirían en plenitud, llenos de verdadera felicidad. Necesitamos aprender a vivir, saber que entre más rápido podamos olvidar nuestro dolor, seremos más libres y felices, esa es una manera de Saber Vivir.
Cuando examinamos el mundo en que vivimos, podemos verificar el hecho contundente, de que hay personas que deberían ser felices y no lo son. Hemos conocido muchos casos concretos de sujetos que tienen una buena casa, un hermoso carro, una magnífica esposa, preciosos hijos y dinero suficiente, y sin embargo no son felices.
En cambio, hemos podido corroborar el caso de individuos pobres, que están menesterosos, posiblemente humildes trabajadores de pico y pala, que ni gozan de una hermosa mansión, ni tienen más dinero que el que se necesita para el diario sustento, ni usan precioso automóvil último modelo, y que sin embargo son felices en sus hogares.
Así, pues, no es el dinero en sí mismo el que puede darnos la felicidad. Todo depende de la forma en que uno sepa combinar los estados anímicos, los estados interiores con los sucesos o las circunstancias de la vida práctica.
Si alguien colocado en magníficas condiciones no está a la altura de las circunstancias, si no sabe combinar, inteligentemente, los estados conscientivos con el medio en el que se desenvuelve y vive, indudablemente será un desdichado; en cambio otro, que aunque esté en circunstancias difíciles si sabe combinar los hechos de su vida práctica con los estados de Conciencia, logra bienestar, prosperidad, felicidad, etc. Así pues, que se hace urgente comprender la necesidad de aprender a vivir sabiamente.
Eso significa también que es la mente la que mata al amor, que lo destruye. Los miedos de muchos ayeres, acumulados en la memoria. Las experiencias, los viejos disgustos, los antiguos celos, todo esto que le da forma a la memoria, destruye el amor, o mejor dijéramos impide que la fuerza del Amor Universal, circule por nosotros.

Muchas esposas resentidas que se divorcian de sus esposos, podrían ser felices si tuvieran generosidad suficiente como para olvidar el pasado y vivir en el presente junto al esposo.

Muchos maridos podrían ser verdaderamente felices con sus esposas si tuvieran generosidad suficiente, como para perdonar viejos errores y echar al olvido rencillas y sinsabores acumulados en la memoria.

Uno puede notar en la curva descendente de la relación inter-marital, ese proceso de acumulación de los resentimientos en la memoria; a mayor tiempo, mayor resentimiento y dolor; mayores conflictos. Así es como después de cierto tiempo, como es natural, viene el hastío, el cansancio, el aburrimiento y el Amor se aleja.

Por eso es necesario, es urgente que todos comprendamos la honda significación del momento. Esposos y esposas deben sentirse siempre como recién casados, olvidando lo pasado y viviendo alegremente en el presente.

El amor y los resentimientos son sustancias incompatibles. En el amor no pueden existir resentimientos de ninguna especie. El amor es Caridad Universal, es una práctica desinteresada y libre.

Existe Caridad en aquellos que sienten angustia verdadera por los sufrimientos de sus amigos y enemigos. Existe Verdadera Caridad en aquel que de todo corazón trabaja por el bienestar de los humildes, de los pobres, de los necesitados.

Existe Caridad en aquel que de manera espontánea y natural siente simpatía por el campesino que riega el surco con su sudor, por el aldeano que sufre, por el mendigo que pide una moneda y por el humilde perro angustiado y enfermo que fallece de hambre al lado del camino.

Cuando de todo corazón ayudamos a alguien, cuando en forma natural y espontánea cuidamos el árbol y regamos las flores del jardín sin que nadie nos lo exija, hay auténtica Caridad, verdadera simpatía, verdadero amor.

Desafortunadamente para el mundo, la gente no tiene verdadera Caridad. Y en el insensible Mundo Moderno a nadie le interesa la vida de nadie. La gente sólo se preocupa por sus propios logros egoístas, anhelos, éxitos, etc. En la mucha publicidad de los Establecimientos Educativos, podemos oír, nosotros formamos a los líderes del futuro, preparados para competir…

El sentido de la Transformación Social es que el ser humano se vuelva generoso, que practique la Caridad Universal, pero como podemos ser generosos, sino no comprendemos el punto de vista ajeno.

Necesitamos una nueva Educación, de tipo revolucionaria que forme hombres generosos, necesitamos una Educación distinta, para la Nueva Era, necesitamos que las mentes tiernas infantiles, no pierdan su elasticidad, que no se petrifiquen con el recuerdo de muchas experiencias dolorosas, necesitamos que los jóvenes comprendan lo trascendente del momento, sin recuerdos dolorosos del pasado.

Necesitamos que los jóvenes cambien el doloroso sistema de competencia egoísta por el de la generosa cooperación. La competencia es falta de generosidad. La competencia origina conflictos innecesarios, conflictos que no benefician a nadie y si perjudican a todos.

Las organizaciones avanzadas del pensamiento, deben enseñar con su ejemplo cooperando generosamente. Toda organización humana puede cooperar generosamente en una u otra forma por el bien común.

Ahora debemos comprender que en el mundo existen muchas personas, que sólo poseen falsa generosidad o falsa caridad. Existe falsa generosidad en el político astuto, en el zorro electoral que derrocha dineros con el propósito egoísta de conseguir poder, prestigio, posición, para finalmente asaltar el tesoro público.

No debemos confundir gato con liebre, debemos distinguir la verdadera generosidad de la falsa generosidad. La verdadera generosidad es absolutamente desinteresada, pero fácilmente se la puede confundir con la falsa generosidad egoísta de los zorros de la política, de aquellos que engañan, que envenenan la opinión pública con tantos falsos argumentos para esconder intensiones inconfesables.

Todo gobierno necesita sostenerse con los impuestos. Los pueblos tienen que cooperar con el impuesto para sostener al gobierno. Ningún gobierno podría sostenerse sin los impuestos, sería imposible hacer obras públicas sin los impuestos. Los gobiernos necesitan de la cooperación de todos los ciudadanos para poder realizar todos sus programas de acción, pero debemos reconocer que hay impuestos justos y también impuestos injustos.

Resulta mezquino sacar el dinero de los pobres bolsillos de los trabajadores para sostener un ejército de zánganos burócratas, para favorecerse electoralmente. Los trabajadores no tienen porque sostener con el dinero de su trabajo a dichos zánganos que en nada benefician y en mucho perjudican. Sacar impuestos de entre los bolsillos de los infelices, para sostener zánganos inútiles, es realmente un delito.

Debemos ser generosos de corazón. La generosidad verdadera no es de la Mente, la generosidad auténtica es el perfume del corazón.

Es por falta de Caridad Universal, que la sociedad ha creado el actual sistema carcelario, no hay dudas que este sistema ha fracasado totalmente, la cárcel no reforma a nadie, antes bien se ha convertido en la Universidad del delito.

Es la falta de caridad, la falta de generosidad social, y ese sentido de venganza acumulado en la memoria colectiva, que ha creado un sistema carcelario que no busca reformar a nadie, al contrario produce una mayor degeneración del delincuente.

Es por falta de Caridad, que no nos hemos propuesto buscar las causas del delito; a veces un infeliz que no tiene profesión y anda de vago por las calles, tal vez desgraciado padre de familia que no tiene pan para alimentar a sus hijos se mete de ladrón novato, toma un pedazo de pan para alimentar a su familia, y es luego llevado a la cárcel, allí el delincuente se hace más perverso, los veteranos del delito instruyen al novato, y aquel que se robó un pan, al salir de la cárcel se robará una caja fuerte, quien se robó un dólar se robará después muchos millones de dólares.

El problema sexual de las cárceles es espantoso, los hombres separados de las mujeres se vuelven homosexuales. Algunos se degeneran con el vicio de la masturbación, otros se envenenan con la imaginación erótica y las palabras morbosas convirtiéndose después, y por tal motivo, en seductores irredentos, violadores, raptores de mujeres, etc.

La cárcel es un verdadero infierno donde nadie se regenera y donde si se degeneran, la cárcel es inoperante y absurda; pero es producto de la falta de caridad de la Sociedad Humana.

Solo una auténtica caridad universal, es decir la generosidad objetiva, esa que busca el bien común, podría iniciar una verdadera una reforma penal, las cárceles deben transformarse en auténticos reformatorios.

Cuando estudiamos con generosidad el problema carcelario, descubrimos que la causa del delito es a veces la ignorancia; y realmente el peor de los males de la Humanidad es la ignorancia.

Los modernos reformatorios, deben luchar intensamente contra la ignorancia hasta lograr desaparecerla de las cárceles del mundo.

Si la gente tuviera generosidad olvidaría todos los resentimientos acumulados en la memoria, todas las experiencias dolorosas de los muchos ayeres, y aprenderían a vivir de momento en momento, siempre felices, siempre generosos, llenos de verdadera sinceridad y es en ese momento en que una nueva inteligencia aflora; es el gran mar luminoso de la Caridad Universal, cuyo origen es el mismo Espíritu dador de la vida.

La Sociedad es la suma de los individuos, y si estos son mezquinos; la sociedad lo será también; pero esa falta de generosidad, toda esa falta de caridad se encuentra en la mente humana. Libérese la mente humana de todo aquello acumulado en la memoria, que le impide ser generoso, y tendremos esa sociedad que tanto buscamos.

Desgraciadamente el YO es memoria y vive en el pasado, quiere siempre volver al pasado. El pasado acaba con la gente, destruye la felicidad, mata el amor, destruye la convivencia, nos impide el pensamiento compasivo de la Caridad Universal.

La Sociedad y el Gobierno son realmente la Extensión del Individuo, si el Individuo es cruel, egoísta, codicioso, envidioso, etc., así serán en sus relaciones, así se comportará con los demás, y así se comportarán los demás con él, entonces es Lógico que tendremos una falta total de generosidad en la estructura social.

Si el tipo de Vínculos sociales es mezquino, egoísta, codicioso, cruel y despiadado, así será el tipo de SOCIEDAD y el tipo de GOBIERNO. Nuestra actual sociedad de clases, es producto de los procesos psicológicos y de vinculación social del Orgullo, la Codicia, la Envidia, el odio, el Egoísmo, etc., es decir de la falta de caridad.

Necesitamos comprender que la raíz misma de este orden social, está dentro de cada uno de nosotros; para esto se necesita desarrollar una profunda comprensión.

Parece mentira que mucha gente exige lo que no es capaz de dar; es interesante estudiar las pequeñas reacciones de los miembros de la familia, pero es en la convivencia con la gran familia, que es la Sociedad, cuando nos vemos de cuerpo entero, resulta que cada uno de nosotros tenemos una falsa imagen de sí mismos, somos muy generosos consigo mismos, hemos aprendido a auto-engañarnos y a perdonar nuestros propios errores con suma facilidad.

Debido a esa autoimagen exaltada de sí mismos, exigimos más de la cuenta, más de lo que damos, entonces vienen los conflictos secretos con la Sociedad, esta no nos da lo que creemos merecer, nos miramos con suma generosidad a sí mismos, creemos que lo merecemos todo y no somos capaces de colocarnos en el punto de vista ajeno.

En la convivencia social, podemos notar nuestra falta de generosidad para con los demás, lo que poco a poco empezó con una idea mezquina se va volviendo crueldad secreta, que luego se manifiesta en el individuo que es capaz de asesinar a sus semejantes, para resolver sus propias necesidades en lugar de esforzarse por trabajar y servir.

Son muchas las personas que andan buscando consuelo, pidiendo un bálsamo precioso para sanar su adolorido corazón, más son pocos aquellos que se preocupan por consolar al afligido.

Diariamente vemos en la televisión a muchas personas que piden ayuda para salir del estado miserable en que viven, pero son raros aquellos que parten el único pan que les ha de alimentar y compartirlo con los otros necesitados.

No queremos entender que detrás de todo efecto existe una causa y que sólo alterando la causa modificamos el efecto y es precisamente en esos momentos de crisis suprema, cuando mas debemos reflexionar para lograr esos cambios urgentes; así pues parece cruel pedir que algún necesitado parta el único pan para alimentarse, con otros necesitados.

Esto parece cruel, pero es el costo de la profunda transformación; por eso se dice  que si el agua no hierve eso que debe transformarse no se transforma, esa es una profunda renunciación a las causas que generaron ese efecto de la vida miserable, producto de nuestra falta de generosidad.  

El YO, nuestro querido YO, es energía que ha vivido en nuestros antecesores y que ha originado ciertas causas pretéritas cuyos efectos presentes condicionan nuestra existencia.

La mente embotellada en el pasado jamás puede comprender en forma íntegra la honda significación del momento en que vivimos. Necesitamos GENEROSIDAD para modificar causas y transformar efectos. Necesitamos generosidad para dirigir sabiamente el barco de nuestra existencia. Necesitamos generosidad para transformar radicalmente nuestra propia vida. Necesitamos generosidad para lograr la Gran Transformación Social de la Humanidad.

La legítima generosidad efectiva, la Gran Caridad Universal no es de la mente. La auténtica simpatía y el verdadero afecto sincero, tampoco pueden ser el resultado del miedo. Es necesario comprender que el miedo destruye la simpatía, acaba con la generosidad del corazón y aniquila en nosotros el perfume delicioso del AMOR.

El miedo es la raíz de toda corrupción, el origen secreto de toda guerra, el veneno mortal que degenera y mata.

Los maestros y maestras de escuelas, colegios y universidades deben comprender la necesidad de encaminar a sus alumnos y alumnas por la senda de la generosidad verdadera, de la Gran Caridad Universal, de la cual la vida misma es un simple accidente.

Necesitamos con urgencia escuelas que nos enseñen el Gran Cambio, el camino de la generosidad, escuelas para el Saber Escuchar, comunidades de pensadores que desarrollen en forma didáctica e inteligente el camino hacia una nueva era de Paz y comprensión, necesitamos los sistemas para desarrollar la Caridad en nuestros corazones.

Mucha gente torpe de la pasada generación, en vez de comprender lo que es ese veneno del miedo, lo cultivaron como flor fatal de invernadero. El resultado de semejante proceder fue la perdida de la generosidad, la falta de caridad universal, la corrupción, el caos y la anarquía.

Nuestro actual sistema político corrupto se debe a la falta de Caridad; un político corrupto piensa que lo que el toma del tesoro nacional, seguramente no le hará falta al país, y que más gana el país con sus luminosas ideas; así es la falta de generosidad y siempre terminados sobre valorando lo que damos, hasta cuando finalmente se descubre el fraude, la simulación, la estafa, el chantaje. 

Los maestros y maestras deben comprender la hora en que vivimos, el estado crítico en que nos encontramos y la necesidad de levantar las nuevas generaciones sobre las bases de una ética revolucionaria que esté a tono con la era atómica que en estos instantes de angustia y de dolor se está iniciando entre el augusto tronar del pensamiento.

Y es precisamente nuestra querida Latinoamérica joven y bella, la encargada de parir ese nuevo orden económico mundial.

La Transformación Social se basa en una Psicología Revolucionaria y en una ética revolucionaria, acordes con el nuevo ritmo vibratorio de la Nueva Era de Acuario, que estamos viviendo.

La cooperación generosa, habrá de desplazar totalmente al horrible batallar de la competencia egoísta, y es imposible cooperar cuando excluimos el principio de generosidad efectiva y revolucionaria; esa Gran Caridad Universal.

Es urgente comprender en forma íntegra, no sólo en el nivel intelectual, sino también en los distintos recovecos de la mente, lo que es la falta de generosidad y el horror del egoísmo. Sólo haciendo conciencia de lo que es en nosotros el egoísmo y la falta de generosidad brota en nuestro corazón la fragancia deliciosa del verdadero Amor y de la Efectiva Caridad Universal que no es de la mente.

Si queremos desarrollar en nosotros la Gran Caridad Universal, necesitamos aprender a olvidar, saber olvidar es saber perdonar.

Necesitamos ser caritativos. Cuando nosotros criticamos la religión de otros, pecamos contra la caridad universal. Cultivad el respeto y la veneración. Respetemos las creencias ajenas. Respetemos la religión del prójimo. No tratemos de obligar a otros a que piensen como nosotros. No critiquemos, recordemos que cada cabeza es un mundo. No pequemos más contra la Caridad Universal.

La humanidad se divide y subdivide en grupos. Cada grupo necesita su sistema especial de Enseñanza. Cada grupo necesita su escuela, su religión, su secta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario